Los datos se pueden ver, pero también oír, tocar y oler

Ilustración alegórica de la presentación inclusiva de datos
Problemas como la ceguera o la baja visión dificultan la visualización y comprensión de los datos representados a través de herramientas informativas o educativas convencionales. En este sentido, la vulnerabilidad de este público frente a contenido dudoso es mayor y, por tanto, aumenta su riesgo de desinformación.

En los últimos 30 años ha crecido el interés por formas de presentación de datos no visuales, apoyadas en la tecnología. Entre ellas, dispositivos y software que se utilizan para mantener o mejorar las capacidades funcionales de las personas con discapacidad o el desarrollo de la tiflotecnología (del griego tiflos, que significa ciego).

Pero hay más. Para amplificar la respuesta sensorial del contacto de las personas con las visualizaciones, la ingeniería trabaja con tecnología háptica, que implica dispositivos con retroalimentación de fuerza. Las vibraciones permiten diferenciar líneas, puntos y texturas, facilitando la accesibilidad a gráficos, símbolos, mapas e ilustraciones.

Incluso existen dispositivos que pueden emitir hasta seis olores diferentes cuando una persona interactúa con gráficos en 2D y 3D, mientras usa gafas de realidad virtual adheridas a los tubos olfativos.

Descubre mucho más en esta interesante noticia de Rodrigo Cunha, publicada por la Revista Telos, de Fundación Telefónica. Puedes leerla online o descargarla en pdf.

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